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domingo, 26 de febrero de 2017

YO CLAUDIO: !FLETEROS Y JÍBAROS TAMBIEN!

Los periodistas somos transparentes impolutos, cristalinos, tan diáfanos cómo las aguas del manantial y transparentes como el diamante, evitamos cohonestar con presidiarios, traquetos y malandros y solemos aislar a quienes ostentan el poder porque preferimos ejercer el control,  nos encanta realizar vigilancia, repudiamos fuertemente cuando los peldaños son logrados con dineros del narcotráfico, la corrupción, las coimas y demás, nuestra ciudad la levantamos con valentía, cuando un delincuente asciende como el gran señor a regir nuestros destinos, no somos amantes de tenderles la alfombra a nadie por que está de por medio nuestra ética profesional y a las tripas las ignoramos para que no exijan cuando hablamos con delincuente alguno, por eso, es injusto que "una rolita" del tamaño de una pulga nos venga a tratar de fleteros de la información "ad portas" de tan digno estamento que tradicionalmente ha sido un monumento a la verdad, las buenas costumbres y la dignidad de la política en Santander.  !No lo aceptamos!

Sería el discurso ideal, pero no. Gracias senadora por decirnos lo que merecemos, sí, efectivamente "somos fleteros" por que asaltamos continuamente la buena fe y hasta jíbaros por que entregamos reincidente mente dosis de fantasía, somos los mandaderos del politiquero de turno, nos encanta el servilismo y la genuflexión, aplaudimos delincuentes cuando llegan al poder y satanisamos a quienes con esfuerzo y ponderación SE ATREVEN A CUESTIONARLOS, hemos perdido el sentido de la responsabilidad periodística y somos "lameculos" perfectos cuando de informar se trata por que puede más atender la chillazón de nuestras tripas que declarar la guerra a la trampa y la inmoralidad, a moco tendido ofrecemos aplausos inmerecidos sin desparpajo alguno. Lo reconozco.

Tiene toda la razón senadora, por que nuestros laboratorios periodísticos se han convertido en autenticas floristerías, en donde los pompones, orquídeas, girasoles y demás, se quedan en pañales de las bellezas que creamos para adoración de todos, con nuestros arreglos descrestamos al más estoico personaje, con nuestro poder ensalsamos y hasta empalagamos, luego entonces, señora senadora, Gracias por recordarnos quienes somos, por sacudir nuestro alzheimer crónico ya que  las mentiras las hemos vuelto verdades de tanto repetirlas, y nos cuesta profundamente reconocerlo... Infortunadamente no somos los únicos, casi todos nos estamos arropando con la misma cobija y he ahí la gravedad...

Nuestro pasado nos da la  prueba, y esos que "tanto saltan" es por que más les ardió la herida, así que descubramos el nivel en la palabra lanzada, la letra escrita de cada cuál... Por aquí nos ardió poquito.

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