La fuga del ex Ministro de Agricultura
Andrés Felipe Arias de quien el
expresidente Álvaro Uribe dijera que “Es un buen muchacho” deja de manifiesto
la manera como el bandidaje en Colombia hace carrera y cuando la justicia
intenta someterlos, como las liebres, saltan, dejando una estela de dudas sobre la turbulencias de sus actuaciones y
las de sus compinches quienes se dan el lujo AÚN de recorrer el país en campaña
y sacar abultados resultados electorales que implican la conformación de nuevas
bandolas prestas a delinquir en nombre de la democracia y las instituciones
legalmente constituidas.
Arias, quien cayó en prisión por
varios años, pero ahora se encuentra en
fuga, debido a un fallo de la Corte Suprema de Justicia que lo halló
responsable del delito de peculado y que le dará prisión que podría oscilar
entre 8 y 33 años; así como altos funcionarios del gobierno Uribe,
en idénticas condiciones, se convierten en los chivos expiatorios o conejillos
de laboratorios de un gobierno salpicado de falsos positivos (muerte de
inocentes) y de corrupción rampante MIENTRAS su principal promotor Álvaro Uribe, responsable directo, se debate en el dilema
si se posesiona o no como Senador de la República, en medio de un mar de velas que con devoción
ponen las víctimas que claman por que lo haga, con el fin de que pierda sus privilegios de ex
presidente y sea procesado por la Corte
Suprema de Justicia, ente de credibilidad que garantizaría una pena
ejemplar a un genocida.
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