Omar Villamizar Ariza/ La Lupa
Son distintas las posiciones de
quienes ejercen el oficio en Colombia referente a la relación que debe existir
entre estos dos ejercicios que en ambos casos tienen una estrecha relación con
la comunidad, unos los utilizan para alcanzar el poder, otros para sostenerlo,
otros para controlarlo, pero lastimosamente otros para ofrecerlo al mejor
postor.
Ofrecerlo al mejor postor suena
afín, con quienes afirman que la actividad periodística “es para hacer amigos”
o “nadar con la corriente”, apartándose del objeto natural de la actividad que
propende por interpretar una realidad y en un lenguaje sencillo presentarlo a
su comunidad, independientemente de que afecte o no a los responsables de esa
generación.
Nada más deprimente que observar
a un periodista partidista, pidiendo pista a un gobernante “contrario a su
partido” y postrado ante el mendrugo que
ha de tirarle bajo promesas que nunca se cumplen, eso es algo como volverse
homosexual con la esperanza de que algún día le guste,
Si un
periodista ha de pararse con un partido, por lo menos debería pararse de
espaldas a la pared y por ningún caso voltearse y menos agacharse porque además
del mandatario de turno, el pueblo “se lo arrima” por indigno. Claro está, que
a algunos esto parece no molestarles y por el contrario lo gozan infinitamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario